El despertador sonó hoy a las 03:00 de la mañana.
Sin luna, sin encender una sóla luz para que los ojos viesen en la oscuridad, salimos de Monjes del Sur.
La claridad del cielo y las estrellas te dejan impactado, y el telón de fondo lo hacían las tormentas en el continente a unas veinte millas.
Amanece y con poco viento navegamos a motor y a vela. Tenemos por delante 72 millas hasta Cabo de la Vela. Queremos llegar de día y esa es la razón del madrugón.
Nos visita un pajarito, se llama Pinzón. Primero se posa en el guardamancebos de estribor, parece cansado. Luego Bea lo coje, le intenta dar de comer yd e beber, pero él se queda dormido en su regazo, con la cabeza entre las alas. Descansa Pinzón.... Al rato se echa a volar con ganas de llegar a tierra. Adios amigo!!!
Las nubes siguen encima del continente y cada vez más cerca nuestro, crecen y se oscurecen, se cargan de agua. ¿qué vendrá? ¿cuánta agua? ¿cuánto viento?. Chequeamos el radar y da tanto o mas miedo que viendolo al natural. ¡¡menuda mancha!!
Crecen, crecen y se hacen mas oscuras. Ya es un muro negro delante de nuestra proa, y a tan solo 5 millas la mítica Punta Gallinas, uno de esos sitios tan temidos por navegantes como pueda ser Cabo de Hornos o Finisterre.
Cómo toda precaución es poca, aparejamos el tormentín y le metemos tres rizos a la mayor. Ya sentimos como cambia el viento, se nos pone más a la proa (es el viento que desaloja el chubasco), más fuerte y el muro se nos viene encima. La verdad...estamos un poco cagados.
El viento sube pero no pasa de veinte nudos, llueve, llueve más y empiezan a oirse truenos. Tenemos preparada una cadena al rededor del palo, para llevarla al agua y que se comuniquen en caso de tormenta...pues al agua va!!. Apagamos alguna electrónica y a esperar.
Que romántico paso para Punta Gallinas!!! Sigue lloviendo, el viento se mantiene y... nada más.
A la media hora ya no pinta tan mal y en el radar parece que no viene más detrás. La tormenta se debilita y se va hacia el oeste. Nos deja el viento fresco recién bajado de las alturas y una sonrisa.
Otra media hora después estamos sin lluvia, sin viento y brindando con un orujito de hierbas de Pedreito nuestro paso por Punta Gallinas. Si¡¡¡¡
La mar esta lisa, navegamos a tres millas de la costa y la profundidad es de 20 metros. Rrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, rrrrrrrrrrrrr¡¡¡¡ el carrete chilla como endiablado y nos da un jurel bien bonito. Que pez tan precioso y poderoso¡¡¡ Ya lo vemos en forma de tataki, que por cierto ha sido la comida de hoy (de atun) cocinada ayer por Bea. Que gran especialidad!!
Decidimos quitar las cañas porque tenemos un atún y un jurel, pero al rato decidimos ponerlas otra vez y si pescamos algo, embotar.
Rrrrrrrrrrrrrrrrr, rrrrrrrrrrrrrrrr, rrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr, las dos cañas al mismo tiempo. ¡¡¡otros dos jureles y estos mas grandes todavía!!! Mientras los trabajamos con las cañas, vemos como cientos de ellos siguen la estela del Mola Mola y lo adelantan.
¿Queréis pesca? Venir a Colombia!!!
Ahora estamos fondeados en Cabo de Vela, después de 13 horas de travesía. Nada más llegar hemos hablado con unos pescadores de una lancha para negociar un cambio de jureles por fruta.
Saludos y abrazos a todos desde 12grados12.074minutosN y 72grados09.577minutosW