lunes, 27 de marzo de 2017

Sin noticias de Mikele



Sin noticias de Mikele
(inspirado en "Sin noticias de Gurb", Eduardo Mendoza, Ed, Seix Barral)

Día 0

Vuelo Air France AF 1477 con salida de Bilbao 5 de marzo, 11:00h, latest check-in time 10:20, equipaje 1x23 kg, cabin economy, class K, status ok, destino Paris Charles de Gaulle, traslado Bus direct a Paris Orly, vuelo AF 0841, mismo status, salida 16:00 h (+ 40 min de retraso por problemas en el espacio aéreo de Portugal !?!), aterrizaje correcto a las 20:30h (hora local)  exactamente aqui……



Precisando un  poco más, la nave (un Boing 777-200, 63,70 metros de longitud, 60,90 m de envergadura, velocidad de crucero Mach 0,84, altitud de crucero 10.700 m/35.000 ft), aterriza en el Aeropuerto Internacional de Martinica Aimé Césaire situado en Fort-de France, capital de Martinica, isla caribeña geográficamente perteneciente a las Antillas Menores. Ostenta el  estatus de departamento de ultramar francés y es por lo tanto región ultraperiférica de la Unión Europea. Lo que no deja de tener cierta gracia.

21:00h: Tal y como había dispuesto el Capitán Bones (Edu para todos sus amigos) me recoge su contacto en el lugar preciso acordado (nada más salir, pasando la fila de taxis, en la otra cera). Suerte que mi hábil conductora había visto mi foto de perfil en el whatsapp, porque yo no tenía más datos, ni posibilidades de contacto (mi veterano móvil se vino abajo durante el vuelo).

21:10h: Iniciamos un cómodo viaje nocturno sin apenas tráfico hacia el Sur, hacia St.Anne lugar de fondeo del MolaMola, hogar de mis amigos que tengo la suerte de poder compartir durante 9 días.



21:11h: Converso animadamente con Violaine, mi conductora, una joven y encantadora mujer de Martinica, con una sonrisa cautivadora y perfecto dominio del inglés,  idioma que nos permite intercambiar información de tipo general, personal, profesional (ella es Técnico de análisis clínicos), geográfica y , cómo no?, meteorológica.

21:22h: Violaine me comenta que tiene una hija de 8 años que de hecho en estos momentos está durmiendo en el asiento trasero del coche. Me giro y compruebo que efectivamente en la bancada trasera duerme plácidamente la niña tapada con una manta. Su nombre es Ocean.

21:50h: Llegamos a St.Anne.  Desde la oscura lejanía del mar veo acercarse velozmente una luz pizpireta que según se aproxima resulta ser el frontal en la frente (valga la redundancia) del Capitán Bones con la que alumbra la navegación con el Dinghy “Cabo Machichaco”.

21:55h: Abrazo fuerte y sentido, sonrisas mutuas, “Capi cada vez estás más flaco, tío. Me preocupas.”

21:57h: Despedimos agradecidos a Violaine, subimos al dinghy y enfilamos al MolaMola que está a escasos 100m.

21:59h: Entro por la popa del Mola y me encuentro con la sonriente Capitana Bea en un veraniego y fresco vestido. Abrazo y beso sentido. “Mikele!!” “La que habéis liado, chavales, aquí me tenéis.”

22:00h: Charla animada de bienvenida que el Capitán me ameniza con un exquisito y calentito sándwich recién hecho que me sabe a gloria despues del menu Air de France. Comentarios y repasos del viaje, de la vida, y , cómo no?, del hospital y sus gentes.

22:30h: Abrimos la maleta con los encargos hechos previamente  y compruebo aliviado que todos ellos han llegado correcta e íntegramente, en especial una botella de Ribera del Duero cuyo bienestar me tenía particularmente preocupado.

23:45h: Tarde ya para todos y en vista del estupendo tiempo a la vista, decidimos dar el día por concluido y acostarnos. Me alojo en un magnífico camarote a estribor en popa con uso exclusivo de un baño colindante que a la postre, y ya verán por qué, apenas utilicé.

23:50h: Decido refrescarme con un baño nocturno antes de dormir. Me deslizo silenciosamente en cueros desde la plataforma trasera del Mola y disfruto del primero de mis múltiples baños en el Caribe. La temperatura del agua es refrescantemente cálida, silencio plácido a mi alrededor alumbrado por numerosas estrellas en el cielo y las luces en los palos de las embarcaciones vecinas.

23:55h: Al subir de nuevo a la plataforma compruebo que en la emoción del momento olvidé extender la escalera para subir a bordo. Con un eficaz movimiento de piernas y brazos impulso medio cuerpo sobre la plataforma, apoyo mi costado derecho sobre el canto y escucho un rudo crujido del mismo (de mi costado). Un  gesto de dolor contenido me sugiere que algo ha ido mal.

23:57h: Maldigo mi infortuna con una intensa autocrítica silenciosa mirando al cielo, apuro el secado al aire y me voy al camarote. No son horas para lamentaciones.

4:00h: Un llanto infantil desconsolado resuena en la noche y en el interior del Mola. No he mencionado a Lúa hasta ahora porque hasta ahora estaba dormida y no quería despertarla. Ya no lo está. Lo manifiesta alto y claro. 

4:05h: Vuelvo a quedarme dormido. Lúa también. Es posible que entre ambos sucesos exista una estrecha relación. Intuyo que tendré más ocasiones de estudiar este curioso fenómeno y de paso también de admirar las eficacísimas maniobras paternales vinculadas al él.

Día 1

6:00 h, en punto: El sol amanece y Lúa también (Lúa es la derivación en gallego del nombre de Luna. Que, a su vez, tiene su origen en el vocablo latino de luna, que significa: lo que brilla, lo que reluce, lo que resplandece),  y – añado yo a este fragmento de texto sacado de internet-  lo que se hace oír. La luna del Mola llora la marcha de la luna de la noche. Extraordinario fenómeno al que muy pronto me acostumbré sin problema alguno.

6:15 h: Aprovechando la circunstancia de hallarnos todos despiertos comienzan los preparativos para el desayuno. Exquisito pan a la plancha con un roce de ajo marca personal del capitán, tomate, aceite de oliva virgen extra (no lo duden), café del bueno en dos tandas y zumo de naranja manualmente exprimido por mí a instancias de la primera orden que recibo del capi y que con mucho gusto y eficacia cumplo.  Lúa se calza su bibe matutino.

Desayuno en la bañera del Mola
9:00h: El capitán me lleva a tierra para mi primera salida a correr por la costa de St.Anne. Con inmensa alegría y no sin una cierta desorientación inicial que me lleva monte arriba, descubro un estupendo camino al borde del mar que discurre entre bosques y claros y que me lleva a descubrir las sucesivas playas del lugar.

9:20h: Kilómetro 2,5. Lo sé, pésimo tiempo, pero háganse la idea de las circunstancias: bosque y lugar desconocidos, calor, humedad, el ajo del capitán recordándome el estupendo desayuno y sobre todo la falta de prisa alguna. Descubro una pequeña playa solitaria que me sirve de primer refrigerio y lugar idóneo para mi toilette matutina y alguna cosita más. Sin quitarme las zapatillas, con el agua hasta la cintura y el calzón por los tobillos recupero fuerzas y tono.

9:30h: Continúo mi recorrido por territorio desconocido.

9:35h: Saludo con grata sorpresa a otro runner con el que me cruzo.

9:40h: No me atrevo a saludar a un señor de más que mediada edad y a cuerpo descubierto, cara congestionada y barriga prominente que por suerte no me deja ver más allá con el que también me cruzo. Cierto es que tampoco tenía tiempo para detenerme en contemplaciones. Mi ritmo era ya el habitual. Veloz.

10:00h: Kilómetro 5,3. Llego a la playa de las Salinas (playa de 1.200 metros de largo, forma un arco de círculo perfecto sembrado de una franja de cocoteros. Famosa por ser una de las playas más bonitas de la Martinica y una de las más preciadas del Caribe, les Salinas reúne todos los encantos de una playa de tarjeta postal: arena blanca, fina y suave, agua cristalina, cocoteros inclinados- fuente: www.easyviajar.com). No puedo más que estar de acuerdo con easyviajar.com. Decido tomar mi segundo baño tal cual.
Playa Las Salinas


10:10 h: Emprendo mi carrera de vuelta sin más incidencias destacables salvo mi gran satisfacción por los bellos lugares vistos y vividos. Bien!
Estrés caribeño

12:30 h: Preparativos para el lunch: Arroz Thai variado y abundante, quizás un pelín soso (el propio chef lo reconoce desconsoladamente). Descubro una preocupante adicción del mando a las salsas picantes que roza un cierto grado de masoquismo. Ambos lo asumen.

14:00 h: Siesta. Sin necesidad de orden alguna, toda la tripulación se acomoda en sus respectivos camarotes.

Momento Tete-Teta. Una habil maniobra de la capitana Bea y un toque de ajo conseguieron que Lúa perdiese interés por mamar del pecho materno. No pudieron, sin embargo, frenar Lúas afán explorador con la mano.

17:00 h: Tras un lento despertar, los cuatro tripulantes salimos a tierra para un paseo por el pueblo. St.Anne es una pequeña localidad de apenas 4.300 habitantes. Toma su nombre del comandante Sainte Anne (glorieux défenseur de l’île contre les Anglais en 1808- fuente: wikipedia en francais). Y quizás éste sea su hecho más ruidoso, ya que el pueblo es francamente tranquilo. Vive fundamentalmente del turismo familiar y nacional (recuerden francés) que tampoco se caracteriza por ser muy ruidoso, n´est-ce pas?

           Imágenes aéreas de St.Anne: el calvario, dinghy dock, fondeo de los veleros y catamaranes


 18:00h: Obligada degustación en Chez al Martine (local típico con su no menos típicos dueños) de una ración de accras de crevettes y de morues (raciones de buñuelos típicas del lugar) con sus cervezas Lorraine (marca local) bien frías. 


Chez la Martine. Un "must" en St.Anne. Aún cerrado.

18:05h: Analizo la composición de las accras: 70 % harina refinada, 30 % aceite de algún tipo vegetal, trazas de gambas (crevettes), trazas de bacalao (morue), sal y perejil. Deliciosas!

Accras des crevettes y de morue: Haute cuisine!
 
18:10h: Mis elevados triglicéridos dan una calurosa bienvenida a sus hermanos franceses. Deciden darse una vuelta por mis arterias.

18:25h: Nueva ronda de Lorraine y de accras.


Atardecer en St.Anne

20:00h: De vuelta a bordo ya de noche compensamos la exquisita gastronomía francesa con productos nacionales (ahora sí, españoles) traídas desde la misma España, más concretamente del “Restaurante” Fuente De de Santander (si no lo conocen, ya están tardando) junto con la botella de Ribera del Duero que sobrevivió con bravura a tan largo viaje.

20:05h: Abrimos el célebre queso picón del Fuente De con intención de picar sólo un poquito. Las accras estaban aún muy presentes. Descubro con satisfacción que el queso es del agrado de la pequeña Lúa. Sus finos dedines se deslizan una y otra vez por el cremoso queso y de ahí a su cada vez más cremosa boca.

20:10h. Abrimos la botella de Ribera con intención de tomar solo un poquito.

20:15h: Abrimos una estupenda ración de cecina de León con intención de picar sólo un poquito.

20:45h: No queda ni queso, ni vino, ni cecina. A duras penas resistimos  la tentación de abrir el resto de embutidos.

22:00h: Toque de queda, aunque no hacía falta. El día ha sido gratamente agotador.

22:05h: Lúa se zampa su bibe nocturno. Hay que ver el refinamiento culinario de esta niña!

22:15h: Ardua negociación de los capitanes sobre el turno de guardia consistente en acudir a la llamada programada de Little Lu de madrugada. Gana, una vez más, la capitana. El capitán está de guardia. Es lo que tiene el amor.

Día 2

Me veo obligado a recortar mi relato para no sobrecargar ni el blog ni su paciencia. A partir de ahora mi informe comprenderá algún hecho notable del día en detrimento de muchos otros, me temo. De todos modos, el esquema básico en cuanto a horario y actividades se mantiene casi en todos los demás días.

El bravo MolaMola.

11:00h: Me inicio en la Frego-Meditación que consiste en disfrutar del poder del momento presente mientras friego los enseres de cocina aprovechando para ello la magnífica plataforma del Mola en popa y el magnífico agua salado del Caribe. Al calor del sol radiante, pronto descubro el elemento meditativo y me dejo llevar.

11:05h: Cae un tenedor al fondo del mar.

11:06h: Decido perfeccionar mi técnica meditativa.
Extasiados (uno más que otra) ante el arte callejero del pasado carnaval

18:00h: En Chez la Martine nuevo encuentro con los triglicéridos y con Mario. Un marino riojano (sí, existen) que con su velero “La Dama” fabricado a medida para él en Southampton se dispone a disfrutar en solitario de la navegación que prácticamente acaba de descubrir. De paso supongo que querrá descubrir también otras cosas, propias y ajenas.

20:00h: Noche española en la bañera del Mola (no se confundan, bañera = cámara abierta de  embarcaciones menores donde suele ir instalada la caña o rueda de timón y lugar donde se realiza la vida exterior a bordo). Una de lomo. Una de salchichón. Sólo tenemos vino francés. Maldición!

Día 3

9:00h: El dolor creciente en mi costado derecho causado por el torpe baño nocturno a mi llegada interrumpe mi plan de entrenamiento para el Trail Costa Quebrada el 2 de abril y pone en serias dudas mi aspiración de hacer pódium en esta carrera. De paso me fastidia también mi estancia en el Caribe.

9:05h: Me tomo un Piroxicam.

9:10h: Me tomo un Tramadol/Paracetamol.

9:15h: Me tomo un Diclofenaco.

9:20h: Dejo de tomar más fármacos y hago uso de mi prodigiosa paciencia y capacidad de sufrimiento. Con algo de suerte no me provoco una úlcera.

17:00h: Tarde de Snorkeling. La tripulación al completo se ha desplazado con el dinghy Cabo Machichaco a un punto prometedor en frente del Club Med (Med de Mediterráneo, no se confundan).  Lúa viste con brío su salvavidas amarillo del mismo tamaño que ella. Mientras que los capitanes exploran la zona submarina, me quedo con Lúa a bordo del dinghy observando cómo los “brum-brum” del Club Med (brum-brum en idioma liluliano = toda embarcación que hace un ruido en los mismos términos) arrastran tras de si a prudente distancia a los “Nenés” en skies acuáticos (nené = toda persona diferente a papá y mamá, independientemente del tamaño, color, edad, sexo,….). Celebramos cada pasada lejana con júbilo y con un amistoso “Ciaaaaaooo” (ciaaaaaooo = saludo a todo vehículo, embarcación, persona o animal que pasa).


17:20h: Me releva el capitán en las labores de custodia de Little Lu. Perpetrado con gafas, tubo y aletas, me sumerjo con elegancia cuan Costeau en las cálidas aguas caribeñas. Disfruto de un rule por los arrecifes de Martinica.







 Día 4

10:00h: Descubro con asombro el entusiasmo entregado de unos padres para con el pollo Pepe, un best-seller de la literatura infantil actual, me dicen. Con caras de enorme alegría, largas sonrisas y largas palabras (particularmente el vocablo Peeeeeeeppeeeee), intentan transmitir a su pequeña hija su amor por este curioso ave.

"El pollo Pepe come mucha cebada. Por eso tiene una enorme......barriiiiigaaaaa!"

13:00h: Exquisita comida a base de pescado recién sacado del mar por el experto cazador de mar, el Capitán Bones. 

13:15h: Continúa la polémica conversación entre los capitanes sobre el tipo de pez. Mientras que el capitán insiste en considerarlo un jurel, la capitana Bea se inclina más por una cojinúa. Consultamos en primera instancia la guía de referencia de los peces del Caribe sin poder confirmar la tesis ni de uno ni de otro, por lo que, en segunda instancia, vuelve a triunfar el amor. Disfrutamos de una deliciosa cojinúa! 
El pez en cuestión.Opinen Uds.

15:00h: Chaparrón fuerza 6.

15:30h: Chaparrón fuerza 6

16:00h: Chaparrón fuerza 6

16:15h: Ante la intensidad  y frecuencia constantes de los chaparrones, dejo de contarlos.

18:00h: Suben a bordo Gema y David, una pareja de treinteañeros que en su velero “Amares” han salido de las Islas Canarias para vivir la navegación por el Caribe y, tiene toda la pinta, al mismo tiempo cambiar el orden de las dos últimas letras del nombre de su barco. David, patillas Capitán Haddock, de Úbeda-Madrid-Braunschweig-Canarias, escualadin, ojos faro y más majo que las extinguidas pesetas. Gema, dejo su Santander natal para estudiar ciencias del mar en Cádiz. Completó su formación con éxito con una oposición para funcionaria de prisiones, en excedencia actual para enrolarse en el Amares. No le falta ninguna peseta de maja.

18:15h: Abrimos la botella de Rioja que viene con ellos y la acompañamos agradecidos con chorizo que vino conmigo y queso que quisiera haber venido con MamaEdu. Tarde agradable que alargamos con un Merlot francés (maldición!).

4:00h: Aviso de Lúa. Interviene el Capitán en primera instancia y la Capitana en segunda. Aviso zanjado. El mundo es de las mujeres.

 Día 5

7:00h: En un sprint planeador con en el cabo Machichaco me dirijo al pueblo con la misión de comprar pan. No tengo claro qué tipo de vestimenta lucir en mi primera misión en solitario. Estamos en Francia. Elijo un vestido blanco largo de cuello cerrado al estilo Polisón, corsé incluido, cofia igualmente blanca y me protejo del sol con una sombrilla de ribete fino y mango de marfil. En señal de protesta por la esclavitud reinante en Martinica desde el siglo XVII hasta bien entrado el siglo XIX (En 1848, la población de Martinica, era de 121.130 habitantes: 9.542 blancos, 38.729 liberados y 72.859 esclavos), adopto un cuerpo negro con cejas y barba tupidas.

“Bonjour, madame.”
“Bonjour, madame. Trois baguettes, s´il vous plait”.
“Oui. Un, deux, trois baguettes. Voilà. Trois Euros, s´il vou plait”
“Merci. Un, deux, trois Euros. Voilà.”
“Merci, madame,  Bonne journee.”
“Merci, madame”.

7:10h: Me maravillo ante la exquisita educación del pueblo francés y la riqueza de su idioma.

7:30h: Recuperado mi apariencia normal (traje de baño azul más que pálido por los años y camiseta gris de la misma condición) enfilo la vuelta.

7:32h. Llego al Mola, salto a la plataforma con el pan, me giro  y veo como el dinghy se aleja lentamente. Emocionado por el éxito de mi misión, se me olvidó amarrarlo.

7:32h: Mi cartera, dinero en metálico, tarjeta de crédito, pasaporte y yo saltamos al agua.

7:33h: Todo arreglado. Mercancía y dinghy a salvo. Ningún daño que el aire fresco no pueda solucionar, a excepción de mi honor como marinero.

Buscando Brum-brums y Nenés en un libro sobre peces del caribe. Tarea nada fácil, pero muy agradable.

Día 6

Momento Ciiaaaaooooo. Al fondo sobre la boya el charrán de Lúa.

16:00h: Visita al Calvario que como su nombre indica, no indica precisamente alegría desenfrenada. De hecho, se trata de un vía crucis que en un zig-zig ascendente con sus quince estaciones de la Pasión culmina un pequeño monte situado detrás de la iglesia. A pesar de pasar de largo alguna de las estaciones, llegamos sin dificultad y sin pecado a la cumbre donde en una pequeña capilla abierta tipo pérgola reza un grupo de mujeres. Respetuosamente, emprendemos el descenso disfrutando de unas estupendas vistas a la bahía de St.Anne.



Curiosa alternativa !!


17:30h: Abre Chez la Martine. De nuevo fiesta franco-hispana en mis arterias, cómo no?

Día 7

7:00 h. Día del Señor por lo que encuentro cerrada la panadería habitual hasta las 9:00h. No dispongo de ese tiempo. A estas alturas soy ya el responsable del suministro del pan. No puedo fallar.

7:10h: En la plaza delante de la iglesia encuentro a dos señoras vestidas elegantemente luciendo sombrero igual de elegante que venden bizcocho casero a los feligreses que acuden a la misa de domingo.  En una mesa de camping ponen a la venta dos tipos de bizcocho. Para dejar claro no sólo mis limitaciones lingüísticas adopto la apariencia del bravo defensa central del Real Madrid Sergio Ramos y pregunto por la diferencia entre ambos. Error.

7:15h: Compro piezas de los dos tipos. Mejor averiguo la diferencia por mi cuenta, con ayuda del mando del Mola. No he entendido nada.

7:20h: Vuelvo al Mola. Esta vez sin incidencias.

10:00h: Levamos ancla con destino a Les Anses-d´Arlet, un pequeño pueblo costero al noroeste de St.Anne. Por delante tenemos 3 horas de cómoda navegación por popa con mayor y génova llegando a rozar los 6 nudos.

10:30h: Avisto delfines que nos acompañan durante escasos segundos.

10:45h: Momento Titanic en proa.

10:55h: Momento mareillo en proa.

11:00h: Momento estate-quieto  tumbado entre el bulto del foque y del salvavidas. Puff…. por poco.
Momento Titanic. Ya saben lo que pasó después.

12:15h: Nos aproximamos al peñón Diamante, una roca en medio del mar próxima a la costa que en su día sirvió a los franceses para sembrarlo de cañones y dar eficazmente cañonazos a todo aquel que osara acercase a sus aguas sin el debido respeto y bandera.
Impeturbable ante el peñon Diamante.

12:30h: Dejamos al Diamante por babor. Sin incidencias. Reina la paz.

13:00h: Fondeo perfecto en una apartada calita próxima a Anses-d´Árlet. Supervisa la maniobra en proa la grumete Lúa que comprueba con detalle y pegada a los pies de la capitana la maniobra de echar el ancla. Posición 14º28.732N, 61´´04.846W. Temperatura exterior 28 ºC. Temperatura del agua parecida. Brisa agradable.

13:05h: Arrumaco-beso cómplice del mando en proa tras finalizar la maniobra de fondeo.

13:05h: Observo con una sonrisa la bella imagen de esta bella familia en proa.

17:00h: Salida al pueblo para un paseo. Es domingo. La playa rebosa de alegría y la abundante población local rebosa en su mayoría de un llamativo sobrepeso. Las accras, claro.
Los grumetes del Mola desembarcan en Anse-d´Arlet

17:10h: Tomamos un delicioso helado casero de coco que se vende en una esquina oportunamente protegida por la sombra. Es un negocio  familiar consistente en una nevera portátil de donde una señora mayor de no memos de 90 kg sirve en vasos de plástico abundantes raciones de helado de coco (no hay otro)  y su hijo treintañero que supera con creces el peso de su madre y que envuelve el vaso de con un una servilleta y da el cambio.

18:00h: Dos Lorraine y Coca light nos acompañan sentados en la playa mientras vemos el inicio de la puesta de sol. Lúa inspecciona el lugar en un deambular casi estable por la arena. No identifico ningún objetivo claro, pero ella parece tenerlo.

18:15h: Me pica un mosquito en el tobillo. Señal para partir. Al igual que en Las Vegas, lo que pasa en el Caribe se queda en el Caribe, menos el Dengue (el herpes en Las Vegas).

Puesta de sol en Anse-d´Arlet

Día 8

8:00 h: Volvemos a St.Anne, lugar desde el cual emprenderé mi viaje de vuelta por la tarde. Navegamos esta vez con la mayor y ante la escasez de viento con la necesaria ayuda del motor.

10:00 h: Dejamos el Diamante por estribor sin incidencias.

11:00h: Fondeo frente a St.Anne.

11:10h: Lúa se quita su pañal para disfrutar del Caribe en su totalidad por la totalidad de su cuerpecillo. Expresa además su profundo sentimiento de libertad con un pis sobre la bancada de babor. Nada que un buen cubo de agua de mar no pueda solucionar, dice el capitán. El agua vertido entra por la escotilla abierta debajo del banco y moja la sábana en el camarote de Lúa. Nada que la suave brisa reinante no pueda solucionar, dice la capitana,  y extiende la sábana sobre la cubierta.

11:15h: La sábana aparece 0,1 millas por babor en dirección Oeste. Nada que un experto marinero no pueda solucionar, pienso yo.

11:15h: El Capitán Bones salta al agua.



Dos conceptos clave de la vida: esfuerzo y su recompensa. Esta niña lo tiene claro.

16:00h: Se acerca el momento de mi partida. Bien comidos y dormidos la tripulación al completo se acerca a St.Anne. Tenemos tiempo para tomar una última cerveza y un intento fallido de free-wifi en un bar-restaurante al borde del mar. Me doy cuenta que he estado 9 días sin internet y sin experimentar daño alguno. Compruebo que el mundo sigue tal como verdaderamente es.

17:00h: Casi puntual llega mi transporte para el aeropuerto a 50 minutos, un cómodo Toyota todoterreno. Abrazos y besos de despedida que esta vez va a ser por poco tiempo. En mayo la tripulación del MolaMola al completo tiene una misión en España.

17:05h: Entro en el todoterreno. El cómodo asiento de cuero y el frío del aire acondicionado me sacan de golpe de mi comodidad caribeña y me enfrían el alma un poquito.

17:06h: Bajo la ventanilla para un último saludo a esta bella familia amiga. De nuevo vuelvo a comprobar que algunas miradas dicen mucho más que las palabras. Gracias, chavales!
La tripulación del Mola !!