miércoles, 24 de diciembre de 2014

Noche Buena sin peixe en la mesa

Hace exactamente un año galopábamos en el Mola Mola rumbo Cabo Verde desde Canarias. Aprendíamos del mar, del Mola Mola y nos acostumbrábamos a navegar con viento y con olas, sentíamos como el Mola tenía vida propia, cómo aguantaba su rumbo deslizándose, apoyándose en las olas, mientras nosotros nos mirábamos sorprendidos. Vivíamos en el mar, celebramos noche buena y navidad haciendo la vida todo lo normal a bordo que permiten esas condiciones.
Hicimos 850 millas en 6 días, un buen salto y un buen entrenamiento para lo que venía por delante.
Pero las sensaciones no se cuentan por millas ni por nudos. La sensación de estar haciendo esto juntos y sólos es muy intensa y no la podemos describir.  La sensación de tener en la proa un destino desconocido, un país nuevo con su gente y su cultura, te crea un gusanillo que te hace sentir muy vivo. Engancha el movimiento continuo, el saber que siempre estas en viaje, aunque te quedes una semana o dos en un sitio agradable sabes que tarde o temprano levaras ancla, subirás la mayor y en la proa vendrá otro destino…nervios y explosión de vida.
Y así hemos llegado a esta esquina del Caribe, a San Blas en Panamá. Ahora nuestro patio de recreo son un conjunto de islas en el que hemos decidido pasar unos cuantos meses…o quien sabe!!
Llega NocheBuena y Navidad. A estas alturas pasamos bastante de la religión, pero…. la familia si que es una auténtica religión. Cómo nos gustaría poder trasladarnos ahora mismo a donde estáis, familia .En el Cortaficio, Ir a la cocina a ver que se que cuece, ir de vez en cuando a por un poco de leña, bajar al taller a ver que hace papá, ir a echar unos lances, degustar el orujo de Pedreito…en Santander, comer todos los días, y a cualquier hora, torrijas con la disculpa de que es Navidad y las de papá son las más ricas del mundo; esperar aún con los nervios de cuando eramos niños la mañana del día 6, quizás la más especial en casa, por la ilusión que pusieron siempre papá y mamá y aún siguen poniendo: el ritual de desayunar juntos sobre el mismo mantel  especial para la ocasión año tras año, y después, nadie se puede adelantar, tenemos que entrar todos al tiempo a ver los regalines  y pasar toda la mañana juntos en el salón enredando con los regalos de unos y de otros…siempre más con los ajenos que con los propios…..

En fin, Juntarnos todos alrededor de la mesa, levantar las copas y brindar. Ver como crece la familia y sentirse tan afortunado por tener una familia que se quiere de verdad y no se junta por compromiso. Sabéis que estaremos ahí…dando buena cuenta del vino. Os queremos!!!!

1 comentario:

Fernando dijo...

Buenos vientos para el año 2015 y como decimos por aquí, "Urte berri on"
Un saludo.