domingo, 5 de abril de 2020

Pasando la crisis del COVID19 en Guna yala

Mucho tiempo sin aparecer por estos lares, inmersos en la vida de San Blas, que no da lugar a escribir sobre largas travesías o nuevos lugares descubiertos.
La vida aquí es sencilla, básica en la mejor acepción de la palabra y porque no decirlo, increíblemente buena en todos los aspectos. Como se ha convertido en nuestro día a día a veces nos parece que no tenemos mucho que contar ya, pero realmente daría para mucho…  Cientos de islas que descubrir o redescubrir (llevamos varia temporadas aquí), travesías cortas y placenteras de no más de 20 millas, cómodas en su mayoría, con vientos constantes y poca ola. 
Pesca abundante, snorkel y apnea cada día (hemos hecho un curso de freediving que da para otro post),
 convivir con los Gunas, pueblo al que cada ve admiro más y del que nunca dejamos de aprender…su arte para navegar, para pescar, para vivir felices  con muy poco, la manera en que crían a sus hijos, entre todos, claro ejemplo de que la mejor manera de criar es a través del entretejido de la tribu.
también nos encontramos con amigos de otros veleros con los que compartimos cervezas al atardecer, barbacoas en la playa y Lúa juegos sin fin con sus amiguitas. 
En todo este tiempo también tuvimos la suerte de hospedar y poder mostrar un poquito de esta vida de mar  a amigos que vinieron de visita y también a otros viajeros a través del chárter.
En algunos fondeos tenemos buen internet y podemos leer las noticias internacionales. sabíamos que el coronavirus estaba ya por ahí, merodeando,  pero sinceramente, allá por enero, se reducía a un montón de memes sobre algo que ocurría en China.
Al poco tiempo vimos las barbas italianas cortar (aquí también hay una gran comunidad de veleros italianos) 
vimos que  quizás ya no era tan parecido a un agripe como decían
vimos que el coronavirus ya era cosa de todos. …  ( mi padre por ejemplo, anuló su visita, ya que aunque al principio se podía volar, se apelaba a la responsabilidad colectiva de minimizar desplazamientos) 
Vimos que algo gordo se cocía.
Al tanto de las noticias que nos llegaban de España, el fin de semana previo al 16 de marzo, decidimos empezar nuestro “distanciamiento social” particular. 
Ya que habitualmente estábamos con el velero Imagine y el Saramia (Mía, Sara y Lúa son inseparables) decidimos pasar la cuarentena juntos.
A medida que el virus se iba expandiendo a otros países y se convertía en pandemia, el resto de veleros,  sin ninguna ley ni gobierno que lo impusiese, de motu propio, también se aislaron. San Blas es un sitio recóndito y aislado de por sí,  pero cada día recibe montones de turistas de todos los rincones del mundo que se alojan tanto en los veleros como en cabañas gunas. Es un destino turístico por excelencia, aunque sin aglomeraciones gracias  a la buena gestión que los gunas hacen de su territorio. 
Enseguida llegó la noticia de que Panamá tomaba también medidas frente al coronovarirus y cerraba fronteras, espacio aéreo, marítimo y terrestre. Los Gunas por su parte también blindaban su territorio prohibiendo la entrada y salida de personas o barcos. 
Habitualmente hay 3 lanchas que suministran a los veleros de alimentos, son gunas que hacen compra en Panamá City y luego nos las traen hasta aquí abarloando sus lanchas a  nuestros barcos; pues bien, dijeron que ese suministro se terminaba.
Todo esto, junto al bombardeo de noticias españolas que recibíamos, nos hizo dudar por un momento….deberíamos volver YA a España por si acaso? La duda duro poco: nos quedamos
Hicimos una “última” compra de mucho arroz y vegetales y nos preparamos mentalmente para los posibles escenarios…..a una mala, -pensamos- siempre nos quedará arroz (de verdad, apalancamos muchísimo) lo que seamos capaces de pescar, y agua gracias a nuestra querida watermaker. Realmente somos totalmente autosuficientes!!! 
Los días de la cuarentena comenzaron a pasar y  nos dimos cuenta de que en realidad, apenas nada había cambiado para nosotros!
  1. Cada día, aparecía algún cayuco de pescadores que venían de la selva y nos ofrecían yuca, plátanos, cocos o aguacates de sus plantaciones. Quizás haya que olvidarse del queso y el chocolate, pero haremos “cocina de mercado”, “de temporada”!! 
  2. Es cierto que hemos tenido que mantenernos lejos de otros amigos, pero, al haber comenzado el aislamiento con dos barcos más,  esto nos ha permitido juntarnos al atardecer y charlar o jugar a las palas (cántabro-canarias)!!, que las niñas jueguen y naden juntas cada día….en fin, mantener un mini vecindario bien avenido!
  3. Aun así, algunos días  cambiamos de fondeo buscando soledad total, por qué? Porque nos gusta, y estamos acostumbrados. Nosotros 3 ( y Neta) convivimos en el diminuto espacio del barco desde hace mucho, mucho tiempo.24h/7dias a la semana. Así que estar confinados juntos y aislados del resto no nos suponía ningún trastorno. Adoramos la república independiente del molamola!
  4. Tenemos la inmensa fortuna de que muchas islas están totalmente deshabitadas, y teniendo el cuidado de evitar en las que viven familias kunas, podemos bajar libremente a la playa para pasear, nadar, jugar….
  5. Finalmente, las lanchas de suministros no sé como pero cada semana nos traían fruta y verdura y alguna cosa más de los supermercados…..tenemos más fresco que nunca!! (ya se sabe,  el “por si acaso”, la incertidumbre de no saber qué pasará la siguiente semana te hace apalancar, así que con tanto arroz tendré que aprender a hacer arroz con leche!!eso si, papel higiénico el justo)

 Esta situación nos ha hecho reafirmarnos en este estilo de vida que decidimos llevar hace ya algunos años, en el cual asumimos algunos riesgos, incomodidades e  inseguridades a cambio de independencia, libertad y contacto con la naturaleza.
Han pasado ya 20 dias,  y estamos bien y tranquilos. Nuestra única posible fuente de contagio son los gunas que nos traen los alimentos, pero mantenemos las distancias, intentamos estar siempre a barlovento de su lancha y para evitar el contagio a través de fómites lavamos toda la mercancía con agua y lejía antes de guardarla.
Respecto al contagio en este rincón de Centroamérica, en teoría es mínimo y hasta el momento solo se han registrado 6 casos pero,  las estadísticas son, como en todas partes, relativas; la mayor parte de los gunas viven en unas pocas islas superpobladas, podríamos decir hacinados, y de una manera poco salubre desde el punto de vista occidental. Su acceso a la medicina y los hospitales es reducida. Por eso es probable que haya muchos gunas contagiados, pero aquí no se hacen PCRs. Por otro lado, como pueblo orgulloso de sus tradiciones que son, mantienen su medicina basada sobretodo en especies vegetales de la selva del Darien. Así que también es posible que el bajo índice de casos  se deba a que están utilizando sus medicinas, en este caso quinina, para tratarlo…..quien sabe!? 
Por otro lado, nosotros teníamos billetes para volver a España a final de abril pero con la casi segura prórroga del estado de alarma en España hasta el 26 de abril,(actualización a 4 de abril 2020; prórroga confirmada) descartamos volver en esas fechas. Lo iremos viendo día a día, porque la incertidumbre es lo que caracteriza esta situación en la que se encuentra el mundo entero. Esperaremos a que las cosas mejoren, que la famosa curva se aplane, no solo allí en España sino también aquí en Panamá, y entonces volveremos; no tenemos prisa. Sabemos que, a día de hoy  somos unos privilegiados por la manera en que nos ha tocado vivir esta crisis mundial. Incluso entre los veleristas, los trasmundistas… somos muy afortunados. La información que nos llega de Noon site (sitio que recoge información útil para la comunidad náutica mundial) es que en sitios como Roatán, por poner un ejemplo, no les permiten ni siquiera cambiar de fondeo, no tienen acceso a suministros…., hay personas que todo esto les ha pillado en mitad de una larga travesía y se encuentran con que a llegar a su destino les “invitan” a irse a otro lugar porque han cerrado fronteras….
No sabemos si las cosas se nos podrían llegar a  complicar aquí también, pero por ahora, es un oasis en medio del caos reinante en el planeta y nos sentimos realmente agradecidos cada día de vivir en esta burbujita. (bueno, en realidad siempre hemos tenido muy presente, antes de la pandemia y de todo, que esta burbujita, esta casita flotante autosuficiente, este paraíso,  era y es un privilegio)
 Ojala termine pronto, porque a pesar de lo que he escrito anteriormente sobre nuestra suerte de vivir esta pandemia aquí, no podemos quitarnos de la cabeza a nuestras familias, a nuestros mayores, a los amigos, a los compañeros que están al pie del cañón….Gracias!

ACTUALIZACION A DÍA 6 DE ABRIL: nos comunican que nuevamente vuelven a cerrar todos los puertos de acceso a San Blas con lo que el acceso de mercancía también queda bloqueado. Veremos como evoluciona.Abrazos
Todos los días intentamos pescar para conseguir la proteína fresca
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En la visita diaria al arrecife
Los aliseos se calman un poco y nos dejan usar el gennaker
En el cole de los Gunas ya seempezaba a informar sobre el coronavirus

Con María y Jorge compañeros de cuarentena








2 comentarios:

Lucía dijo...

Como me alegro que estéis bien! Y sí, creo que no hay mejor sitio en el mundo para pasar esta temporada tan chunga! Confinados en el moli! Asi q quedaros ahi hasta q esto se calme un poco. Un abrazo muy fuerte familia!

Unknown dijo...

Un abrazo grande desde Cádiz Edu!