domingo, 24 de marzo de 2019

El día que recordaremos siempre


A pesar de que ambos somos bastante desmemoriados, creo que puedo decir que del día de ayer no nos olvidaremos ninguno de los dos en nuestra vida, aunque por si acaso, escribo este pequeño texto para asegurarme, como recuerdo de “respeto” (o de “repuesto” para los que no estáis familiarizados con los términos marineros)
Llevamos unos días fondeados en una isla en la que nunca antes habíamos estado,  ya que en la guía que tenemos la señala literalmente como con “protección mediocre”  por lo que no recomienda pasar la r noche, y si bien es cierto que hemos esperado un parte meteorológico con poca ola y poco viento, aquí llevamos 4 o 5 días (como es posible que en tan poco días pierda la noción del tiempo??), encantados no, lo siguiente, tan felices que da hasta miedo (por si estuviese prohibido ser tan feliz) con un poco de balanceo sí, pero superado  con creces por lo que os ofrece.
En primer lugar, estamos solos, lo cual aquí en san Blas es difícil porque aunque haya unas 365 islas,  al final son pocas las que ofrecen un buen resguardo y para bien o para mal ahí acabamos todos los barcos.  Nos gusta estar con gente, con amigos, pero a veces la sensación de libertad de estar unos días solos, frente a una isla desierta, sin nadie cerca, donde podemos, por ejemplo, nadar  o estar desnudos en el barco es una pasada. O hacer fogatas y campamentos gitanos en la playa. En un sitio así nos sentimos un poco más Robinsones, que es la idea idílica de viajar en velero con la que partimos hace ya 6 años de casa.
En segundo lugar, la isla está deshabitada (en la mayoría hay familias kunas) y es PRECIOSA, de una belleza que te deja sin palabras, playa-postal de arena muy blanca y que rodea toda la isla, lo bastante grande como para que dar una vuelta entera a la isla sea un buen pasea (sobre todo para Neta) y no como dar la vuelta a una rotonda.  El agua que la rodea es Cristalina, con todos los tonos de azul posible, y tiene arrecifes vírgenes y con formaciones maravillosas en la misma orilla.
Esto último nos ha permitido ir con Lúa a esnorkelear por primera vez para ella. Hasta ahora, ponerse la máscara y el snorkel la agobiaba bastante como para encima tener que preocuparse3 de flotar y nadar al mismo tiempo. Demasiado para ella. Por eso, para que pudiese disfrutar un poco de los tesoros submarinos que a nosotros tanto nos emocionan, la solíamos llevar en el pádel tumbada y ella miraba desde allí con la máscara y el tubo. Pero ayer, y por decisión propia (que eso es lo mejor, que se sienta segura y con ganas, no obligarla nosotros a hacer algo para lo que quizás aún no se sienta preparada) nos dijo que quería bucear. Así que le pusimos el ki flot (un neopreno que flota bastante) y dando una mano a papa y otra a mama nos pusimos  a recorrer juntos este arrecife de la orilla. Es perfecto para ella. Como cubre poco no se asusta y las condiciones de visibilidad y luz son buenísimas. Imaginaos, la sensación de paz que ya de por si se tiene esnorkeleando cuando las condiciones son buenas, ahora los 3 de la mano, con nuestra hija!! Que iba flipando con todo y haciendo ruiditos a través del tubo para llamarnos la atención de lo que iba viendo. Creo que en ese momento podía haber explotado de felicidad. No sé, esos momentos redondos, en los que solo piensas en el aquí y ahora y todo te da igual y es maravilloso…y te invade una sensación de bienestar indescriptible….bueno, solo diré que luego recordándolo en el barco lloraba de emoción (sí, soy muy llorona) La relación de Lúa con el mar en las últimas semanas está siendo no exponencial, si no “explotacional” ya que a pesar de que la gusta de siempre ( que remedio!) últimamente se soltó  nadar sin artilugios de flotabilidad, a meter la cabeza debajo del agua y ahora a esnorkelear. Y da gusto ver como fluye, con que tranquilidad interacciona con el mar. Increíble. Y más increíble aun, y de lo que nos sentimos súper afortunados, es que hemos ido viendo esta evolución paso a paso, día a día, no ha sido un profesor de natación el que nos ha contado sus evoluciones al irle a buscar a la piscina, no; todo esto lo hemos vivido JUNTOS, y eso, no tiene precio.
Además, estando aquí Edu ha pescado un pargo que esta temporada son su talón de Aquiles y apenas ha pescado un par (y eso que en general se le está dando muy pero que muy bien la pesca) Además en los buceos “de mayores” es decir cuando uno de los dos se queda con Lúa y el otro de va a bucear, hemos visto chuchos pintados, barracudas enormes, y en general, muchos peces y un arrecife con muchas formaciones y súper sano. Y hablando de vida submarina, yendo en fingí cerca de un arrecife poco profundo vimos algo que surgía del agua y volaba paralelo a la superficie de esta, al principio los dos pensamos en un pez volador claro, pero en cuestión de segundos nos dimos cuenta (si los dos al tiempo, es lo q tiene estar todo el día juntos) que era un calamar!!! Muy loco. Con todos los tentáculos estirados volando….nuca lo habíamos visto aunque intuíamos que saltaban fuera del agua porque en la travesía del atlántico una mañana nos encontramos uno en cubierta, pero ver el vuelo en directo….muy national geographic.
Como colofón, nos ha coincidido con la luna llena y el solsticio, así que después de cenar íbamos los 3 a tumbarnos a cubierta a contemplar el cielo y a hablar de los peces que habíamos visto…. Y encima hay una tortuga rondando siempre al moli!!!
Así que es por todo esto que no sé cuántos días llevamos aquí, si 4 o 5 o que….porque ha sido una pequeña eternidad maravillosa, una sucesión de días perfectos, que emborrachan el entendimiento de felicidad, un pequeño paréntesis de paraíso familiar en el ya de por si paraíso de San Blas…

PD: de verdad que no todo es siempre tan idílico viviendo en un barco (NI POR ASOMO, hay mucho curro, mucha reparación, preocupaciones…) pero esto sí, y tenía que contarlo-



























































1 comentario:

Roberto dijo...

Impresionante chicos!!!!
Familia que bucea unida.....
Lua está hecha una superviviente!!!

Disfrutad del paraiso