viernes, 21 de febrero de 2014

Un mundo fantastico

En las islas Pigeon de Guadalupe, hemos hecho nuestra primera inmersión con botellas en más de dos años, sin contar, claro, las que hemos hecho para limpiar el casco del Mola.
También ha sido la primera por nuestra cuenta, sin guias ni instructores. Primero fuimos un día haciendo snorkel y nos pareció flipante, pero muy profunda para poderla disfrutar a pulmón….así que lo planeamos bien, montamos todo el equipo y nos fuimos en dinghy para allá. Siempre hay un nerviosismo previo a la inmersión, y más después de tanto tiempo sin bucear, pero en cuanto empezamos a descender y vimos que todo iba ok, nos relajamos y comenzamos a disfrutar…y de que manera!! bajamos a 6m junto a la boya donde dejamos el dinghy y fuimos paralelos a la pared de coral descendiendo poco a poco hasta los 17m y vuelta por el mismo camino, lo mejor es que al ir solos no tienes que ver a 10 buzos a tu alrededor removiendo todo o aleteándote en la cara, y que sigues tu propio ritmo, no el que te imponen. Solos nosotros y el arrecife. La inmersión fue sencilla, pero increíblemente bonita: es una pared plagada de diferentes tipos de coral, de todos los colores , formas y texturas posibles y llena llena de peces, desde los minúsculos habitantes de las formaciones coralinas (y férreos defensores de las mismas) hasta enormes pargos, pasando por bancos de salmonetes, cirujanos, ballestas….cuando estas ahí, “suspendido” en el mar, y rodeado de tantas maravillas…no se, tengo la sensación de estar en un mundo de fantasía…..te relaja pero al mismo tiempo hay tanto ajetreo entre los peces, que no das abasto para asimilar todo lo que sucede ante ti….ves como los peces loros “rucan” el arrecife, parejas de peces mariposa revoloteando aquí y allá pero siempre juntos, las damiselas con su mala leche espantando a cualquiera que entre en su territorio por grande que sea, los meros escondidos inmóviles entre las formaciones esperando su presa, las estaciones de limpieza donde peces canijos desparasitan a los más grandes, bancos de cirujanos que se dejan a merced de la corriente, peces cofre que nadan como si fuesen helicópteros, depredadores plateados que se acercan a ti a curiosear, peces ardilla dormitando bajo las viseras de roca y en las cuevas, peces trompeta nadando cabeza abajo intentando confundirse con las algas….es mágico. Además, aquí el arrecife está tan sano que te deja sin palabras….para mi, lo mejor sin duda, la riqueza y el buen estado de las formaciones. Tambien vimos la estatua de Cousteau, un busto a 12m de profundidad, puesto en su honor.
Salimos del agua entusiamados, con ganas de repetir ya mismo, y es que hacía mucho que no hacíamos una inmersión tan bonita, de esas que te dejan la sensación de inmensa felicidad, repasando una y otra vez en la memoria todo lo que has visto….es una suerte disfrutar no solo de lo que hay por encima del mar, sino también de los tesoros que hay bajo su superficie.
Y por si fuera poco, en la bahía donde estamos fondeados, te tiras al agua desde el mola a hacer snorkel y te encuentras con varias tortugas que “vuelan” a tu alrededor o pastan tranquilamente en el fondo…
Un paraíso submarino.
Bea de limpieza










Edu








Pez vaca panal










Antonio del Antull con nosotros en la inmersion







Disfrutando con las tortus


























Pez Leon













2 comentarios:

Fernando dijo...

Realmente es otro mundo, el mundo del silencio.
Siempre he dicho que es algo que todo el mundo debería de al menos probar una vez en su vida.
Unas fotos fenomenales, gracias.

Unknown dijo...

Preciosas fotos. Me estoy animando a probar esto de la inmersión.
Saludos y gracias.